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La magia del lente

La magia del lente

Hoy la fotografía se reconoce ampliamente como un arte fino. Las fotografías se muestran en los museos de arte, apreciadas por coleccionistas, discutidas por críticos, y estudiadas en cursos de historia del arte. A causa de la naturaleza especial de la fotografía, sin embargo, este no fue siempre el caso. En los tempranos días de la fotografía, alguna gente consideró el medio algo pobre en relación a los más viejos, artes visuales establecidas, tales como el dibujo y la pintura.

Los argumentos surgieron del hecho de que una cámara es un instrumento mecánico. Porque el procedimiento mecánico de tomar un cuadro es automático, los detractores sostuvieron que la fotografía no requería ningún tipo de coordinación de mano y ojo y ninguna necesidad de habilidades manuales esenciales en el dibujo y la pintura. También argumentaron que la fotografía no requería ningún tipo de creatividad o imaginación porque el objeto fotográfico estaba hecho y no requería la que manipulación o control del fotógrafo.

Una cámara, por más aspectos automáticos que pueda tener, es un pedazo de equipo inerte hasta que una persona lo usa. Entonces llega a ser una herramienta con una respuesta singular, una extensión de ojo del fotógrafo y mente. Un fotógrafo crea un cuadro por un proceso de selección. Los fotógrafos que miran mediante el visor de la cámara deben decidir qué incluir y qué excluir de la escena. Seleccionar la distancia desde la cual tomar el cuadro y el ángulo preciso que mejor se ajusta a su propósito. Seleccionan el instante en que se acciona el disparador. Esta decisión puede requerir horas de paciente esperen hasta que la luz sea exactamente correcta o una segunda decisión, pero el sentido del fotógrafo de oportunidad es siempre crucial.

En los tiempos actuales la fotografía digital invade gran parte del universo y  Cuba no está exenta de ese fenómeno tan peculiar; muchos son los fotógrafos cubanos que han atrapado imágenes que recorren el mundo con la magia de su creación. Recordemos a Korda, Corrales,  Liborio, Salas y  Ahmed.

En Pinar del Río también hay excelentes fotógrafos y una de las mejores muestras es Vladimir Torres Suárez, quien en la galería del periódico Guerrillero plasmó con sus fotos un pedazo de la realidad cotidiana, en la que sobresalen personajes pintorescos, las calles y parte de nuestra arquitectura, y concurridos lugares populares.

Vladimir usa magistralmente el juego de luces y el montaje técnico de la fotografía digital y lo más importante nos hace reflexionar sobre la cotidianidad.

Una de las obras que más me impactó fue El caminante, que refleja a un discapacitado bien conocido en Pinar del Río, pues disfruta la  visita a los centros culturales del territorio, las ferias del libro y cuanta actividad cultural se desarrolle en la ciudad.

Aproveché que llegó hasta nuestra galería el día de la inauguración para  ver la foto que había hecho Vladimir sobre su persona, pedí a nuestro fotorreportero Daniel que atrapara esa imagen para mi blog.

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