Tatuajes: para poder distinguir
Si cree que todos los tatuados son ligeros o de mala cabeza, rectifique, porque está en un error.
Aunque nadie sabe exactamente cuándo a un ser humano se le ocurrió, por primera vez, dibujar su cuerpo para toda la vida, al parecer fue en una época remota, y paradójicamente su uso poco se relaciona con lo puramente estético.
Tal vez los hombres del Egipto antiguo los usaron para demostrar hombría y madurez, y las mujeres, para dejar claro que ellas también eran valientes.
Pueblos remotos del Medio Oriente portaban sus marcas para mostrar el dolor por la pérdida de un ser querido, otras sociedades las aplicaban como castigo, y por eso cuando alguien cargaba con una acusación por sacrilegio, se le estampaba un dibujo al estilo del que llevan hoy las reses.
Cuentan que se debió a Constantino el primer decreto contra los tatuajes, es lo más antiguo que se conoce para combatir esa tendencia, diseminada hoy como pandemia.
Mucho más cerca en el tiempo, allá por el sigloXVIII, esta práctica se extendió entre marineros. En Cuba los tatuajes los usaban preferentemente los presidiarios, con diseños de sus peores tropelías. Era casi un idioma que la gente interpretaba con desprecio e incluso miedo.
En la actualidad, la era supermoderna hace rodar por nuestras calles verdaderos periódicos vivientes de producción nacional. Para los marcados todo se reduce únicamente a la moda, sin tener en cuenta que, como todas las modas, esta habrá de pasar, pero ya sin remedio.
¿Por qué si los tatuajes modernos son solo moda, con aceptación entre la juventud, resultan mucho más notorios en sectores donde escasean las responsabilidades sociales, políticas e intelectuales?
Puede concluirse, que desde tiempos inmemorables los tatuajes llevan un mensaje, lo único lamentable es que todos sus portadores no son iguales, ¿pero cómo podemos distinguir a justos de pecadores?.
Pueblos remotos del Medio Oriente portaban sus marcas para mostrar el dolor por la pérdida de un ser querido, otras sociedades las aplicaban como castigo, y por eso cuando alguien cargaba con una acusación por sacrilegio, se le estampaba un dibujo al estilo del que llevan hoy las reses.
Cuentan que se debió a Constantino el primer decreto contra los tatuajes, es lo más antiguo que se conoce para combatir esa tendencia, diseminada hoy como pandemia.
Mucho más cerca en el tiempo, allá por el sigloXVIII, esta práctica se extendió entre marineros. En Cuba los tatuajes los usaban preferentemente los presidiarios, con diseños de sus peores tropelías. Era casi un idioma que la gente interpretaba con desprecio e incluso miedo.
En la actualidad, la era supermoderna hace rodar por nuestras calles verdaderos periódicos vivientes de producción nacional. Para los marcados todo se reduce únicamente a la moda, sin tener en cuenta que, como todas las modas, esta habrá de pasar, pero ya sin remedio.
¿Por qué si los tatuajes modernos son solo moda, con aceptación entre la juventud, resultan mucho más notorios en sectores donde escasean las responsabilidades sociales, políticas e intelectuales?
Puede concluirse, que desde tiempos inmemorables los tatuajes llevan un mensaje, lo único lamentable es que todos sus portadores no son iguales, ¿pero cómo podemos distinguir a justos de pecadores?.
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